Muere Kevin Mitnick, el hacker más influyente, a los 59 años.

 Muere Kevin Mitnick, el hacker más influyente, a los 59 años.

Lamentamos anunciar la muerte de Kevin Mitnick, quien fue, en su tiempo, el hacker más notorio del mundo y un ícono para toda una generación de profesionales de la ciberseguridad. Mitnick, conocido como el “Cóndor”, murió a la edad de 59 años después de una prolongada batalla contra el cáncer de páncreas.

Mitnick es famoso por una serie de delitos cibernéticos que perpetró durante la década de 1990, que incluían el robo de datos y números de tarjetas de crédito. Tras su arresto en 1995, Mitnick cambió de rumbo y se convirtió en un respetado hacker ético, consultor de seguridad, orador público y autor.

Una carrera marcada por la controversia

Mitnick fue diagnosticado con cáncer de páncreas hace más de un año y había estado recibiendo tratamiento en el Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh. Su muerte fue anunciada por una de las empresas de capacitación en ciberseguridad que cofundó.

Nacido en 1963, Mitnick comenzó a explorar sistemas informáticos corporativos a la edad de 17 años, lo que marcó el inicio de una carrera que osciló entre el delito y la retribución.

Durante la década de 1990, Mitnick se dio a conocer por una serie de delitos que involucraron el robo de miles de archivos de datos y números de tarjetas de crédito de computadoras en todo el país. Con sus habilidades, logró infiltrarse en redes telefónicas y celulares en toda Norteamérica, lo que resultó en importantes interrupciones en sistemas informáticos gubernamentales, corporativos y universitarios.

Después de una persecución de más de dos años, Mitnick fue arrestado por el FBI en 1995 y acusado de uso ilegal de un dispositivo de acceso telefónico y fraude informático.

Un cambio hacia la ética

Después de ser liberado de prisión en 1998, Mitnick cambió de rumbo y se convirtió en un hacker ético. Trabajó para la CIA y se convirtió en un consultor de seguridad cibernética respetado y un autor influyente.

Mitnick también se convirtió en un orador público popular, utilizando su experiencia personal para resaltar las amenazas y vulnerabilidades de la ciberseguridad y para educar a las empresas y al público sobre la importancia de la ciberseguridad.

A pesar de su pasado controvertido, Mitnick hizo contribuciones significativas al campo de la ciberseguridad y ayudó a dar forma a cómo pensamos sobre la ciberseguridad hoy.

La muerte de Kevin Mitnick es un recordatorio de la fina línea que existe entre el hacking ético y el hacking criminal. Su legado nos sirve como una advertencia de los peligros de la ciberdelincuencia, pero también como un ejemplo de cómo alguien puede cambiar su vida y utilizar sus habilidades para beneficio de la sociedad.